miércoles, 3 de abril de 2013

Incompatibilidad de caracteres


Tenían mucho en común, ambos respiraban,  compartían aquello que llamaban aire, un corazón que era capaz de producir melodías al unísono estando cerca o quizás era solo una alarma de lo que se avecinaba, como una ambulancia anunciando una emergencia. 

El motivo de la separación  incompatibilidad de caracteres, ella pensaba con aquello que llaman cerebro y se dejaba influenciar por el sentimentalismo, él jugaba a ser la víctima, el incomprendido, coleccionando amores y creando historias, vendiendo ilusiones jugando a ser el abogado de su propia causa, defendiendo sus mentiras, acusándola de débil e ilusa, por haber comprado cada una de las historias vendidas y que ahora no recordaba haberlas creado. 

Incompatibilidad de caracteres, él queriendo el negro y ella el blanco, él, el infierno y ella el paraíso.   ¿Cómo caminar al mismo paso, si cuando ella quiere la cima él solo quiere ir cuesta abajo? ¿En qué momento cupido le había vendido un amor caducado?

No podría regresar el tiempo pero si acomodar el futuro. La manzana podrida no podía permanecer con las buenas. Así que era tiempo de acomodarlo, enfrentar la realidad, despertar al hecho de que hay príncipes que se convierten en sapo, y hay sapos que nunca serán príncipes, ella no quería precisamente un príncipe pero si estaba segura que no pertenecía a un Sapo.


Respiró profundo y tomó un sorbo de coraje aun con el sabor de la inseguridad, ni siquiera sabía si él notaria su ausencia, allí lo dejó sin una nota de despedida, en este momento cada palabra estaría de más, no podía agradecer los malos momentos, las explicaciones sobraban, las acciones hablarían más alto que cualquier cosa que pudiera escribir. Su valor no era negociable, su felicidad no sería condicionada. No podía seguir engañándose aquello no era amor, el amor deja ser, admira, apoya pero sobre todo respeta.

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