Nunca
fui fan de Aventura, pero es normal que en el país cuna de la Bachata
en cada esquina se escucharan sus canciones y en esos momentos uno sin querer
se encontrara haciendo el coro de alguna ellas.
Poco
me importo el hecho de que aventura se desintegrara y de que Romeo inciara una
carrera en solitario, nunca me senté a sus canciones, aunque como
dominicana al fin, leer noticias de sus triunfos me hacía sentir orgullosa de
que en mi país existieran personas poniendo nuestra nacionalidad en alto.
Vivo
fuera de RD pero mi visita coincidía con el concierto del dia 15 de
diciembre, al cual de hecho, quería asistir aunque a mi entender
no conocía todas las canciones de Romeo. Por cuestiones ajenas a mi
voluntad no pude ir en esta fecha, pero para mi sorpresa una
noticia había en los medios, una segunda función de
"El Rey",así que allá íbamos. Expectativas, un concierto más, menos
gente que las que se comentaba habían ido al primer concierto. La
sorpresa, ver la cantidad de personas en el estadio esperando a Romeo, las
luces se apagaron el concierto inicio y allí estaba yo sin darme cuenta
cantando ( no solo cantando sino sintiendo y viviendo) el repertorio de alguien
que según yo no conocía como sus fans.
Allí
estaba yo enamorándome de aquel que llamaban "El rey", "El rey
de la bachata moderna", enamorándome de su orgullo de ser dominicano, de
su humildad, de su sencillez en el escenario, del hecho de que aun siendo un
artista de renombre internacional, tenía lo que a muchos les falta, ENTREGA AL
PUBLICO, canté y viví cada una de esas canciones, confieso que me encontraba
confundida pues no sabía si me gustaba más las interpretaciones, la sonrisa o
el sex-appeal en escena.
Sorpresa,
un merengue, sí, un bachatero cantando merengue, el sazón de la sorpresa Juan
Luis Guerra en escena, dos reyes juntos. Cantamos, cantamos y cantamos y como
en el amor tantas horas parecían nada, era como si el tiempo se congelara entre
canción y canción, entre sus comentarios, sus interacciones con el público, así
pasamos horas, luces bajas, un piano en escena, ahora el rey se hacía acompañar
de una copa y nos sugería un momento íntimo, nos decía que " Vale más el
placer" luego propuso un momento para recordar y complacer peticiones, ¿que
no recordamos en aquella noche? Tu hermanita, y otras tantas que me
transportaron a los días de
colegio. Allí estaba yo rendida ante los
pies de" El rey", junto a todos los súbditos.
Lo
que parecía ser el final de una noche de ensueño era solo el comienzo de una
sorpresa mayor, Usher en escena. Usher en República Dominicana.
Más
de tres horas que parecieron minutos, canciones con historias, un rey que había
rendido a una multitud a sus pies, al salir solo pude decir, que me había
enamorando de " El rey"